miércoles, 31 de mayo de 2017

Dato Interesante del Día #117: Patronimicos Hispano-Islandeses (24-3-2016)

Los apellidos de origen español terminados en -ez (y en ocasiones menos comunes, en -az, -iz y -oz), tales como González, Jiménez y Fernández, son apellidos patronímicos antiguos, es decir, que solían emplearse como una referencia al padre de la persona. Así, González quiere decir "Hijo de Gonzalo" (o de su version original en tiempos visigodos, Gundissalvus), mientras que "Gutierrez" es "Hijo de Gutierro/Gutier" (originalmente del visigótico Waltier), por lo que un tal Pedro Gutiérrez era evidentemente hijo de un señor llamado Gutier (era normal, así, toparse con Juan Juánez, Fernándo Fernández y Lope Lopez). Esto se empleaba en forma libre, por lo que dos personas de apellido González no tenían por que estar emparentadas. 

El Concilio de Trento en el Siglo XVI terminó con los patronímicos en España, lo que llevó a que estos apellidos se estabilizaran (en la práctica, esto ya habia comenzado a ocurrir siglos antes, especialmente entre las familias nobles que deseaban mantener el apellido de un antepasado importante, generalmente combinado en formas como "Fernández de Torrealba" o "González de Montemayor"), y así estos apellidos comenzaron a ser heredados independientemente del nombre del padre. 

Los sistemas patronímicos de apellidos han desaparecido en la mayor parte del mundo, aunque persisten en sitios como Islandia, donde en lugar de mantener un apellido a través de las generaciones, los hijos llevan el nombre del padre o madre más el sufijo correspondiente a su genero -son/-dottir (así, un señor llamado Jorgen Styrmirson sería hijo de un señor llamado Styrmir, y de tener descendencia sus hijos serían Jorgensson y sus hijas Jorgensdottir. Alternativamente, pueden utilizar el nombre de la madre, siguiendo el mismo sistema).

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