jueves, 27 de marzo de 2014

El Ladrón de Limonada

En 1995, el estadounidense McArthur Wheeler entró a robar en dos bancos de Pittsburg a plena luz del día y sin cubrirse el rostro. Cuando fue detenido unas cuantas horas después, Wheeler reclamó total inocencia, ante lo cual la policía le mostró los videos de seguridad. Honestamente consternado, Wheeler protestó diciendo "¡Pero si usé el jugo!". 

Ocurre que el ladrón se había cubierto la cara con jugo de limón para ocultar su identidad, pues días atrás le habían enseñado que el líquido se podía usar para escribir mensajes invisibles en papel. 

Durante su defensa, Wheeler insistió en que sus experimentos previos con jugo de limón habían funcionado, incluso sacándose un foto en la cual no se podía ver su cara. Posteriormente se determinó que este no había visto bien la foto debido a que tenía los ojos irritados por el jugo en cuestión.