lunes, 16 de diciembre de 2013

Basilio II Bulgaróctonos

Luego de la Batalla de Kleidion en el año 1014 d.C., el Emperador Bizantino Basilio II tomó 15.000 soldados búlgaros como prisioneros. Tras separarlos en 150 grupos de 100, ordenó que le sacasen los ojos a 99 hombres de cada cohorte, amarrándolos luego al único que aun conservaba la vista y obligando a este a marchar de regreso a Bulgaria. Tanta fue la impresión de ver a sus soldados llegar en esas condiciones (muchos murieron en el camino y, al estar tan firmemente atados, los demás acabaron por arrastrarlos), que el Zar Samuel de Bulgaria sufrió un infarto y murió dos días después. 

No queda claro que hicieron con los 29.700 ojos extraídos en el proceso.