miércoles, 2 de abril de 2014

Aldeas Potemkin

Luego de que los rusos conquistaran el Sich de Zaporozhia (zona sur de lo que hoy es Ucrania-Crimea) de los Turcos Otomanos a fines del Siglo XVIII, la gobernación de la región fue entregada al príncipe Grigori Potemkin, a quien la Emperatriz Catalina la Grande envió con la misión de reconstruir las ciudades, completamente devastadas tras la guerra. 

Sin embargo, al poco tiempo las tensiones comenzaron a escalar nuevamente con los otomanos, por lo que la Emperatriz decidió efectuar un repentino viaje de varios meses por la región en compañía de toda la Corte Imperial Rusa, embajadores de toda Europa e, incluso, el Emperador de Austria, supuestamente de incógnito. 

Con casi nada de tiempo para reconstruir, necesitado de impresionar a los dignatarios, Potemkin ordenó la construcción de cientos de edificios desmontables y la confiscación de ropas y herramientas a los campesinos del área. Armando pueblos de utilería en las orillas del Río Dniéper (por el cual viajaban los barcos con el séquito de la Emperatriz) y llenándolos de soldados disfrazados de pueblerinos con las ropas confiscadas, Potemkin dejaba que todos vieran el montaje para, llegada la noche, desarmarlo, llevarlo algunos kilómetros río abajo, y volver a rearmarlo. 

El engaño fue un éxito y Potemkin se llevó los aplausos de toda la corte por su "rápido desarrollo de Zaporozhia", siendo finalmente ascendido a general del ejercito ruso.