En 1972, una expedición geológica rusa descubrió depósitos de gas natural en las cercanías del pueblo de Darvaz, en lo que hoy es Turkmenistán (en el Asia central). Por accidente, sin embargo, el taladro que usaron para realizar la prospección se rompió y de paso hizo colapsar el suelo, que se encontraba sobre una gigantesca red de cavernas, creando un enorme agujero. Dado que la consiguiente fuga de gas amenazaba con matar todo en un radio de varios kilómetros, los rusos decidieron prenderle fuego para acabar con el combustible en pocos días.
Casi cuatro décadas después, el lugar sigue ardiendo, y nadie sabe realmente cuando tiempo más podría seguir así.
El sitio fue bautizado por los locales como "La Puerta al Infierno"; la foto adjunta debiese ser explicación suficiente del porqué.
