miércoles, 26 de junio de 2013

Mansa Musa - 11/03/2013 (Archivo)

Cuando Mansa Musa, Emperador de Mali, realizó su peregrinación a la Meca en el Siglo XIV, llevó consigo mas de 60.000 acompañantes y al rededor de 12.000 esclavos, cada uno cargando una barra de oro puro, ademas de docenas de camellos transportando oro en polvo. Cada viernes, sin importar donde estuviera, ordenaba la construcción de una mezquita en el lugar. Cuando pasó por Cairo, Medina y finalmente Meca, regaló tanto oro que derrumbó el precio del metal y provocó un espiral inflacionario y posterior crisis económica en todo el Mediterráneo y Oriente Medio. Dándose cuenta del desastre que había provocado, una década después Mansa Musa fue y compró todo el oro del Cairo, lo que a su vez causo un estallido en el precio del metal que derivo en una nueva oleada de conflictos, hambrunas y quiebras. Los efectos de su generosidad perduraron por décadas, causando volatilidades en los precios desde Inglaterra hasta Persia.

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