La mayoría de los países manejan por la derecha, y esto es principalmente responsabilidad de Napoleón. Durante la Edad Media, la costumbre en Europa era caminar por el lado izquierdo de la calle, a fin de no quedar expuesto a los golpes de espadas (dado que la mayoría de las personas es diestra). Con el paso del tiempo, esto derivó en la costumbre, principalmente en Francia, de que los aristócratas caminasen por la izquierda y que los campesinos lo hiciesen por la derecha.
Llegada la Revolución Francesa, los aristócratas que sobrevivieron optaron por mantener un perfil bajo y caminar por la derecha, hasta que eventualmente el gobierno francés declaró obligatorio usar ese lado de la calle. Las conquistas napoleónicas extendieron este uso por gran parte del continente (así como por sus colonias); Inglaterra fue uno de los territorios que los franceses nunca lograron ocupar, por lo que ahí no se instauró esta normativa (los demás que aun andaban por la izquierda, como Finlandia y Portugal, acabaron cambiándose por costumbres o por imposiciones extranjeras). Esto derivó en que EEUU, tras su independencia, buscara diferenciarse de Inglaterra y acercarse más a Francia, optando por manejar en la derecha.
La influencia de estos dos países (más el auge de la industria automotriz estadounidense) terminó por imponer el sistema en el resto del planeta. De esta forma, los países que aun conducen por la izquierda son en casi su totalidad territorios británicos o ex-colonias; Japón es un caso especial, pues la normativa se mantuvo por tradición (más tarde codificada), dado que ellos caminaban por la izquierda por los mismos motivos que los europeos medievales.
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